domingo, 31 de julio de 2011

En el Campo

Al campo fuimos todas.


EL sol brillaba, pero hacía mucho frío. Los árboles estaban desnudos, la hierba verde por las recientes lluvias.

Recorrimos la casa.  Los secretos de fiestas, paseos, juegos infantiles, familia nos fueron develados.

Vimos cómo el paso del tiempo transforma los objetos, las paredes, los silencios.


Monvoisin

Nos encontramos con nuestros hilos conductores, sin quererlo...

Ramas
















Dejando que aquello se dejara caer sobre nuestros inconscientes y fluyera a través de las manos, de las ramas, y mimbres, y hojas, y piedras que nos sirvieron de materiales.

Y la tierra fue nuestro soporte.



Mi Luche

Bruford

Círculos




Hito nuevamente

Todas


miércoles, 6 de julio de 2011

Volviendo a esa tarde en la Playa

Volviendo a esa tarde. 


Pasando las fotos al computador


Trabajando en la orilla


Claudia construyendo sus hitos





Matriz

viernes, 1 de julio de 2011

Playa Puerto Chungo, Los Vilos para Libro de Arena







LIBRO DE ARENA

TRAMAR-T COLECTIVO  

Nos convoca Marcela Peral, desde Rosario, Argentina. Para el Libro de Arena, de Red Libro de Artista.
Somos cuatro mujeres chilenas, artistas, con distinta formación, distinta paleta, edades distintas y distintas búsquedas.

Nos reunimos para constituirnos como Tramar-t Colectivo, y ésta convocatoria es nuestro primer proyecto.

Sandra Rojas, Claudia Tapia, Virginia Maluk, Francisca Agurto.Queremos trabajar en conjunto; y, no por ello, perder cada una su individualidad. Cada una desde sus propias búsquedas, confluir en este hacer. Cada una planifica su propia orilla, su propia intervención para Libro de Arena.

Claudia escribiendo un haiku de Jorge Teillier, poeta chileno, en una mágica acción en la Playa de Caleta Portales entre Viña y Valparaíso. Nos acompaña un bello día, lobos marinos echados en unos vestigios de algún muelle antiguo y carcomido por la acción del mar. Las olas danzantes
esperan a Claudia y observan hasta que finalmente borran delicadamente esas palabras dejando una huella leve de plumas y espumas sobre la arena.
Sandra Rojas realiza la siguiente acción. Ella ha solicitado a unos amigos, separados por la geografía y el tiempo, que le cuenten de sus propias orillas. Toma esas cartas, escritas en papel, y las lleva a esta playa para leerlas solemnemente, acompañadas por nosotros, luego quema esas hojas como un acto de purificación, todo se mezcla a través del fuego, la distancia, la amistad. Se graba a fuego. Plácidamente, sonríe.
En la próxima acción, Francisca Agurto, las invita a reunirse en una playa un poco más lejana, Los Vilos, IV Región, para construir un castillo en la arena. Esa será su acción, retomar la infancia, un juego a la orilla de la playa, permitirse volver a enterrar las manos en la arena, para jugar simplemente. Todas ayudan, la idea es ésa, construir en conjunto. Ese castillo, es a la vez la metáfora del trabajo colectivo que comenzamos. El día está hermoso, al lado hay un humedal lleno de pájaros que nos acompañan y la tremenda inmensidad de la naturaleza alrededor nuestro.
Virginia Maluk realiza en este mismo lugar su acción, hace un homenaje a su hermano recién fallecido, escribe en la arena, un mensaje para él y para ella también, una pequeña catarsis del dolor recién acontecido.

Cada una aquella tarde encuentra su propio juego, y se encuentra con sus propios fantasmas que se vuelcan silenciosos en el hacer y, dejan su huella.
Quizás esta huella, este viaje a partir del Libro de Arena ha sido una excusa para volver a conectar ciertos hilos internos que buscan ser trama, volverse tejido… y, la orilla ha sido, una orilla más, ésta vez con mar y arena, como tantas otras que los seres humanos vivimos a diario.

Junio 2011, Viña del Mar